Un Nuevo Paradigma en la Escultura Contemporánea

La obra de Damaris Montiel no es solo arte; es una declaración audaz y necesaria en el panorama artístico actual. Utilizando el plástico PET reciclado como su materia prima esencial, Montiel establece un diálogo crucial entre la industria y la naturaleza, un puente antes impensable.

En un mundo marcado por el consumo globalizado y sus devastadoras consecuencias ambientales, Montiel eleva el desecho a la categoría de tesoro. Sus volúmenes, que danzan con el color o esperan pacientemente su acople, no son meras formas; son la materialización de un mundo tan real como imaginario, donde la belleza emerge de lo olvidado.

Esta propuesta artística va más allá de la estética. Es un faro de esperanza para la biodiversidad amenazada por el consumo masivo. A través de la conciencia del reciclaje, Montiel no solo transforma materiales, sino que también promueve activamente una economía circular, demostrando que la solución a nuestros desafíos ambientales puede ser tan hermosa como funcional. La artista, con una visión profunda y comprometida, convierte lo que la naturaleza no puede digerir en arte vibrante y significativo, redefiniendo así el propósito del desecho y el poder de la creación.



Un Diálogo Ancestral y Contemporáneo: Damaris Montiel en el Círculo de Arte de Toledo

La exposición de las esculturas de Damaris Montiel dentro de la Asociación Círculo de Arte de Toledo, una antigua iglesia de estilo mudéjar, no es solo una muestra, es un diálogo fascinante entre épocas y materiales. Este encuentro crea una resonancia profunda, donde lo ancestral se encuentra con lo contemporáneo, y la historia abraza la vanguardia.

Las paredes de ladrillo y los arcos de herradura del mudéjar, testigos de siglos de historia y devoción, proporcionan un telón de fondo único para las esculturas de PET reciclado de Montiel. El contraste es, a primera vista, sorprendente: la calidez terrosa y la artesanía tradicional del templo frente a la plasticidad, el color vibrante y la conciencia ecológica de las obras. Sin embargo, en esta aparente dicotomía reside la magia.

Las formas orgánicas y los volúmenes etéreos de Montiel, nacidos de desechos, encuentran un eco inesperado en la arquitectura mudéjar, que a menudo incorporaba elementos naturales y geométricos con una sensibilidad artística y sostenible, aunque con medios diferentes. Ambas expresiones, la antigua y la moderna, comparten una profunda conexión con el materialismo y la transformación: el ladrillo cocido y el yeso en el mudéjar, el plástico reprocesado en las esculturas.

Este diálogo subraya la atemporalidad del arte y su capacidad para generar conversación sobre temas universales. La iglesia, en su esencia, fue un espacio de reflexión y comunidad. Las obras de Montiel, al abordar el consumo masivo y la sostenibilidad, invitan a una nueva forma de introspección y acción colectiva, transformando el espacio sagrado en un foro para la conciencia ambiental del siglo XXI. La luz que filtra por los vanos mudéjares ilumina las texturas y los colores del plástico, revelando la belleza inherente en la reutilización y la promesa de una economía circular que trasciende el tiempo.


Video/ Bobby Bethancourt